lunes, 29 de diciembre de 2008

FIN DE AÑO EN CIELO







Marcando un final que anticipa un comienzo, despedimos el año con la perfecta combinación de Will y Denisse como anfitriones, la participación estelar de Zoivy García en alabanza y adoración y el estreno ministerial del Pastor Mateo, quien fuera el Obispo General de la Iglesia Menonita en los Estados Unidos y quien está de retiro con su esposa, tal vez considerando a 'Cielo' como su hogar espiritual en el país.

El mensaje fue reconfortante y alentador, basado en el nombre de nuestra congregación, que según el expositor es el norte y futuro de cada creyente y la aspiración de todo ser humano. De cómo esta Tierra, perecedera y pasajera, será consumida por el fuego para dar lugar a nuevos cielos y nueva tierra, y que así debería suceder con cada año que pasa en el Señor.

Con abundancia de detalles de tipo científico, el pastor Mateo nos hizo ver la grandiosidad de nuestro Dios a través de la bella y magnífica ciudad que nos tiene preparada, asegurando que el actual paraíso es simple antesala, destino semifinal, comparado con la majestuosidad de lo que será el Tabernáculo de Dios para con los hombres, la nueva Jerusalén que descenderá del Cielo.

Experimentamos momentos de bella espiritualidad con la ministración de nuestra pareja de anfitriones, quienes nos exhortaron a poner nuestra vista más allá de los montes, siendo estos los obstáculos que los oráculos de la economía y la política mundial vaticinan para el nuevo año, para que depositemos nuestra confianza en Dios.

Ya el próximo domingo estaremos en un nuevo año que nos depara nuevos retos que se convertirán en oportunidades. Logros que serán testimonios de la presencia de Dios en nuestras vidas. Como bien ha dicho proféticamente nuestra querida hermana Cecilia Trinidad: ‘El 2009 será el Año de la Presencia’.

Para que así sea, nos comprometimos todos, ya en familia, en comunidad o de manera personal, a tomar unos minutos antes de que el reloj marque las 12 AM del Primero de Enero para hacer un aparte y consagrar nuestra vida una nueva vez en este año que comienza, olvidando ciertamente todo lo que atrás debe quedar para extendernos hacia lo que Dios nos ha puesto por delante.

Bendiciones mil, Cx!

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